Mientras la Unión Europea aprueba al año unas cien leyes básicas, las leyes aprobadas por comitología pueden alcanzar ¡las dos mil! afectando a cientos de sectores económicos ¿Cómo se decide? ¿Quién acude a las reuniones? ¿Dónde están el orden del día, el resumen de los debates, las conclusiones?
La comitología convierte a la Comisión Europea en cuasi legislador al asumir por delegación del poder legislativo del Parlamento Europeo y Consejo (los 28) las funciones de éste. Mientras el Parlamento Europeo sospecha que le han robado la cartera, y el Consejo mira el fenómeno con recelo, la Comisión Europea parece haber salido reforzada ¿Pero cómo afecta la comitología a los más de 500 millones de ciudadanos y empresas de Europa? Para empezar, no hay que confundir la comitología con algunas instituciones (Comité de las Regiones, Comité Económico y Social) ni con los grupos de expertos, de sabios o de alto nivel. Ni hay que dejarse confundir por cómo se denominan las decisiones adoptadas por este método (actos de ejecución, de naturaleza técnica, legislación secundaria o administrativa…).
Las leyes adoptadas por comitología son tan leyes como cualquier Reglamento o Directiva adoptada por el procedimiento ordinario. Son aprobadas a propuesta de la Comisión Europea por una minicámara legislativa compuesta por 28 diputados que son altos cargos ministeriales (el poder ejecutivo convertido en legislativo…), relegando al Parlamento Europeo a un papel secundario y siguiendo complejos procedimientos de difícil comprensión para el ciudadano de a pie ¿Secuestro de la democracia? ¿Legislación a escondidas?
Quizás no sea apropiado llegar a conclusiones tan radicales pero la comitología puede condicionar el futuro de sectores económicos, dar al traste con una inversión, excluir del mercado a empresas u ofrecer ventajas a competidores. Es indispensable conocer bien su funcionamiento para hacer un buen lobby en Bruselas.
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